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viernes, 22 de noviembre de 2013

¿Por qué Tabitha Suzuma eligió escribir un libro sobre el incesto?


¡Hola a todos!

Aprovechando la visita promocional de Tabitha Suzuma, os dejamos un artículo muy interesante que publicó en su blog. Ya tenéis lectura para el fin de semana. 

Que lo disfrutéis ;)


Cuando decidí dar el salto y escribir una historia de amor entre hermanos, estaba, sinceramente, aterrorizada. No fue una decisión fácil. Mi primer miedo fue que ninguna editorial lo considerada apropiado para el público adolescente. El segundo, que censuraran tanto la parte física de la relación que quedara poco realista. Mi tercer miedo fue que los adolescentes que tuvieran hermanos o hermanas se sintieran asqueados por la idea. 

No estaba segura de que fuera a publicarse, y mucho menos venderse, así que estaba llena de inquietud cuando me embarqué en esta aventura, que resultaría una de las más difíciles de mi vida. Pero dejando de lado estas preocupaciones, estaba decidida. Me apetecía el reto de escribir un libro sobre un tema que está considerado universalmente como retorcido y desagradable: transformarlo en una historia romántica y devastadora y casi forzar al lector a enamorarse de los dos protagonistas para que sentir su dolor y entender lo que sería encontrarse en esa situación. Pero sobre todo quería que los adolescentes supieran que puede pasarle a cualquiera, incluso a ellos.  

Tres de mis libros anteriores trataban sobre personajes con enfermedades mentales y, de muchos modos, Prohibido no se aleja tanto de ello: la idea de que cualquiera puede sufrir inesperadamente una enfermedad mental, de que no hay un "nosotros" y "ellos" y de que la gente no elige ser "normal" o "anormal"; vamos, que todo es una cuestión de suerte: la educación, los genes, la química cerebral, las circunstancias de la vida…

Decidí que quería que mi siguiente libro fuera una trágica historia de amor: dos malhadados enamorados que tienen que luchar contra el mundo para estar juntos pero que finalmente acaban destrozados. Quería escribir un Romeo y Julieta moderno, e intenté pensar en una situación que forzaría a dos enamorados a separarse a pesar de sus esfuerzos por seguir juntos. Tenía una condición básica: tenía que estar basado en la Gran Bretaña actual… Pero justo ahí estaba el problema: ¿en qué situación sería total y absolutamente imposible que dos personas enamoradas pudieran estar juntas? Algunas premisas que se me ocurrieron fueron diferencias de religión, cultura, edad o una relación maestro-alumno, pero tenía que pensar en algo más fuerte, algo que fuera universalmente condenado. Así que, por un proceso de eliminación, llegué hasta el incesto, el último tabú, algo que inmediatamente provoca fuertes sentimientos de repulsa en las personas y que nunca sería aceptado por el mundo. Estamos biológicamente programados para reaccionar en contra de relacionarnos romántica o sexualmente con un hermano u otro miembro cercano de la familia. Por una buena razón, por supuesto: el mestizaje suele producir deformidades en la descendencia. Así que nuestra reacción es darwiniana e innata.

Un año antes me había planteado la idea de escribir un libro sobre niños que asumen un papel de padres porque yo misma lo hice. Crecí como la mayor de cinco hermanos con un padre abusivo y una madre con exceso de trabajo, y como siempre tuve dificultades para hacer amigos en la escuela, recurrí a mi hermana. Nuestra relación era muy estrecha; teníamos nuestro propio lenguaje secreto y sólo confiábamos la una en la otra. Cuando nació mi hermano más pequeño (catorce años más joven que yo) asumí el papel de madre. Abandoné la escuela la semana en que nació, y desde entonces me ocupé de llevarlo al colegio y meterlo en la cama. Cuando sólo tenía unos meses de vida, supe reconocer su extraordinario talento musical y le enseñé a tocar el piano. Pensaba en él como mi hijo…, quería que fuera mi hijo. ¡Incluso le cambié el nombre! Me di cuenta de que son este tipo de circunstancias excepcionales las que pueden alimentar una relación incestuosa y me resultó muy fácil y natural escribir esta historia sobre dos hermanos que deben cuidar a sus hermanos pequeños y que acaban en un romance condenado al fracaso.

La reacción de los lectores ha sido estupenda. Maravillosa, aunque también bastante abrumadora. Recibo mensajes diariamente, no sólo de adolescentes, sino también de adultos de todo el mundo. He participado en certámenes en Alemania e Italia, ¡y he tenido que dar discursos en los dos idiomas, en los que apenas puedo hablar! Muchas personas me han dicho que cogieron el libro por morbo y lo empezaron a leer pensando que lo odiarían, pero que al poco tiempo de haber comenzado, se encontraron sufriendo por Lochan y Maya, deseando desesperadamente que encontraran alguna manera de estar juntos y tener un final feliz. Muchos lectores me han escrito largos y conmovedores correos electrónicos acerca de cómo el libro ha cambiado su forma de ver el tema del incesto consensuado, así como el amor en general, y rogándome que escribiera una secuela. Me había preparado a mí misma para recibir críticas feroces o negativas pero no recibí casi ninguna. La reacción ha sido increíble.

Espero que los lectores lleguen a amar a Maya y Lochan como yo lo hice. Espero que los lectores tengan suficiente empatía para imaginar estar en su situación: tan aislados, tan asustados, con el peso de tanta responsabilidad sobre sus jóvenes hombros. Espero que entiendan por qué se enamoraron, lo increíblemente valientes y desinteresados que son, y cómo lo sacrificaron todo por el otro y por su familia y, finalmente, espero que los admiren por su valentía, su fuerza y su amor.



Un abrazo de parte de la Zíngara de Oz    :)